¡Electores futuristas…!

Manifiesto Futurista, publicado en Le Figaro el 20 de febrero de 1909

No soy muy amigo de las efémerides, pero cuando esta mañana me he puesto a trabajar he recordado que hace unos días la siempre genial Estrella de Diego me ponía sobre la pista, gracias a un artículo fabuloso publicado en El País, de que hoy se cumplen los 100 años de la publicación en Le Figaro del manifiesto futurista de Marinetti. Probablemente el más paradigmático de todos los que se realizaron durante las vanguardias.

Como ya sabéis yo siempre estuve fascinado por el Futurismo y hace casi 15 años ya realicé en la Escuela de Artes aquel pequeño vídeo en VHS en el que se exponían las principales claves del movimiento. Sí, aquel en el que yo le ponía la voz a Marinetti mientras declamaba aquello de ¡electores futuristas!

Lo cierto es que futurismo italiano apenas innovó en el terreno de las artes plásticas, pero desde luego que inspiraron estéticamente a los grandes vehementes de la época: los fascistas. Pensándolo bien casi prefiero a aquellos fascistas que a los de ahora, que son mucho más aburridos y antipáticos. Estos por lo menos no dejaban de ser una banda de chiflados peligrosos que yo creo que en el fondo lo que les gustaba eran las juergas y los baños de masas. Y algo muy importante: no jugaban al golf.

Esta mañana gracias al traductor de Google he leído de mala manera el artículo que hoy publican en Le Figaro explicando porqué Marinetti publicó precisamente en ese periódico uno de los escritos más famosos del siglo XX. Parece ser que Felipe Tomás había seducido a la hija del dueño…

He aquí los enlaces:

febrero 20, 2009. Incendios, Ramón.

2 comentarios

  1. Preste Juan replied:

    Cuentanos esa historia, la de la hija del dueño de Le Figaro.

    Celebremos efemérides tengo preparado ya un artículo para el próximo 8 de marzo, día grandioso donde los haya.

  2. Ramón replied:

    Al parecer Marinnetti tenía un romance con la hija de los propietarios del periódico, y por tanto influencia en lo que se publicaba. El amorío en cuestión desde luego tendría que ser de lo más particular, pues pese al apasionamiento del que siempre hacían gala los futuristas el propio Marinetti fue el que dijo aquello de ¡matemos al claro de Luna!, una proclama poco romántica…

    En cualquier caso Felipe Tomás provenía de una familia adinerada de Milán, un aspecto este que seguramente también explique como un periódico de masas como Le Figaro prestaba atención a un grupo de revoltosos como los futuristas, aunque ciertamente no se me escapaba que los movimientos artísticos de la época eran toda una moda en la prensa del momento. Dos años antes, por ejemplo, Picaso había pintado Las Seritas de Avignon, que era también un buen puñetazo a los cánones renacentistas.

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